
Audio-visuales
No sólo se aprende leyendo.
Cada uno de nosotros guarda en la memoria y en el corazón los títulos de algunas películas: por ejemplo, desde El acorazado Potemkim, Casablanca o Los olvidados, hasta Azul, Estación central o Belleza americana.
Éstas, y cada una de nuestras cintas favoritas, seguramente nos dejaron
una profunda huella casi sin querer, nos emocionaron hondamente; nos
hicieron sentir, pensar o actuar de otra manera; nos abrieron a un mundo
desconocido, o nos ayudaron a releer y asumir nuestra propia vida, y
nos animaron a esperar, a luchar, a amar...
Por más de un siglo el cine ha sido para todo el mundo un
maravilloso espacio que nos va formando para la vida, y lo seguirá
haciendo, si sabemos encontrarnos con él y aprovecharlo. Pensando en las
jóvenes generaciones y en nuestra relación con ellas, veo que todos
necesitamos aprender a ver el cine como un medio que nos está
educando o no, en alguna dirección. Para suscitar nuestra reflexión
comparto con ustedes estos tres puntos de diálogo acerca del cine: visto
como vehículo de relaciones, como invitación a nuestras respuestas de
vida y como medio que nos forma integralmente.
Luis García Sojo (S.J.)